¿Debo cambiar de trabajo?
Por Hudson & Highland
Esta es una pregunta que casi todos nos hacemos muchas veces a lo largo de nuestra vida.
- Debe justificarse únicamente si el cambio supone un paso coherente en una carrera profesional.
- Sólo cada uno es capaz de pensar, decidir lo que quiere ser y actuar/luchar para conseguirlo.
- Debemos evitar él ¿qué va a pasar? y sustituirlo por ¿qué voy a hacer?
Planteemos un cambio de trabajo, en particular, el cambio a una compañía distinta.
Hasta aquí hay un planteamiento serio y profundo, aunque existen también otros síntomas claros e inequívocos que nos llevan a la necesidad de plantearnos un posible cambio, algunos de carácter interno, como por ejemplo, cuando nos sentimos desilusionados, inquietos, sin fuelle, y otros de carácter externo.
Entre ellos, el que la marcha de nuestra empresa sea muy negativa, el que recibamos claros síntomas de que nuestros superiores no están satisfechos con nuestro trabajo, cuando cambia la política de la empresa y la forma de actuar nos parece incorrecta, o simplemente se ha enrarecido el ambiente y no estamos a gusto.
Recomendamos hacer este ejercicio para dirigir su carrera, hacer lo que quiere hacer y decidir sobre su vida. El principio es que debemos evitar el ¿qué va a pasar? para centrarnos en el ¿que voy a hacer?. Cada uno es dueño de planear su futuro y de luchar por lo que quiere conseguir, y para ello hay que PENSAR, DECIDIR, y ACTUAR.
Así estarás preparado para cuando te llamen con una propuesta de cambio, y podrás valorar si te conviene de verdad pensando en tu carrera profesional a largo plazo, o si es una oportunidad que debes dejar pasar aún cuando pueda parecer brillante a primera vista. Además, las reflexiones anteriores te serán sin duda útiles para decidi iniciar un proceso de cambio, te llamen o no.
Un último consejo: suele ser mejor no dejar un trabajo anterior antes de encontrar el que queremos. No conviene precipitarse, y menos jugar con nuestras responsabilidades familiares, en estos tiempos difíciles, en los que tener un trabajo es ya un éxito. Se lo dice un headhunter.
- Periódicamente todos pasamos por momentos en que nos sentimos inquietos, desilusionados, sin fuelle. Si no estamos enfermos ni excesivamente cansados, puede ser un síntoma claro de que no estamos contentos con nuestro trabajo.
- A veces, ocurre que observamos una marcha de nuestra empresa muy negativa, una reducción de actividad... o recibimos claros signos de que no estamos funcionando como se espera de nosotros. O... estamos en claro desacuerdo con la política y forma de actuar de nuestra empresa o con el trato recibido, o el enrarecimiento del ambiente o simplemente una mala relación con colegas o superiores.
- Cuando ocurre lo anterior nos planteamos un posible cambio... ¿qué hacer? ¿cómo enfocarlo?, ¿debo moverme con lo que está cayendo fuera, con lo mal que está el mercado?
- Normalmente cuesta tomar la decisión de cambiar por que supone vencer la comodidad, la costumbre, los pequeños derechos adquiridos... ¿luchar contra la incertidumbre y con la posibilidad de fracasar?
- ¿Cómo actuar para decidir un posible cambio y para, eventualmente, llevarlo a cabo?... Desde la perspectiva de un Cazatalentos, cuya misión es reclutar directivos, podemos sugerir algunas ideas tomadas de la experiencia de entrevistar a millares de candidatos y empresas:
Los profesionales de éxito, sea cual sea su nivel, son aquéllos que han sabido conocer sus habilidades, aptitudes y aspiraciones y en función de ellos se han marcado unas orientaciones que les sirven de guía.
- Se trata de conseguir el Equilibrio entre las aspiraciones personales, profesionales, sociales y familiares... según el orden de prioridades de cada uno.
- Periódicamente, es conveniente parar, reflexionar y calibrar, si hemos de cambiar de planteamientos, si en nuestra empresa actual y en el puesto que tenemos vamos avanzando hacia nuestros objetivos o las circunstancias nos van llevando en una dirección equivocada.
- Debes considerar detenidamente si ese cambio te puede ayudar a acercarte a tus objetivos personales y profesionales, dentro de la carrera que has decidido desarrollar, y por tanto si es adecuado para ti en este momento.
- Las entrevistas que mantengas deben estar enfocadas a evaluar la adecuación entre las funciones del puesto y las habilidades que has desarrollado, y sobre todo, si vas a disfrutar desarrollando ese trabajo, y si encaja en tu carrera profesional.
- Sin embargo, cada uno debe decidir cuál va a ser su carrera profesional, si es el momento de cambiar, por qué, cómo y a dónde. Sólo si lo hace podrá decir con certeza que dirige su carrera.
Como nunca se sabe cuando va a llamar alguien a tu puerta, y no puede dejar de ser, en algunos momentos, más que una lotería, debes preguntarte periódicamente si tu trabajo actual sigue siendo un camino para alcanzar tus objetivos. Por tanto, debes tener unos objetivos (profesionales y personales), y haber definido el camino más adecuado para alcanzarlos, junto con algunas posibles alternativas, para el caso de encontrarte con obstáculos imprevistos.
¿Cómo se hace ésto? ¿Cómo estar preparados para contestar a la pregunta: "¿Debo cambiar de trabajo?", que sin duda nos hacemos todos alguna vez a lo largo de nuestra vida? ¿Cómo saber si un posible cambio es coherente con nuestra carrera profesional?.
Los;profesionales que avanzan son aquéllos que han sabido conocer sus habilidades, aptitudes y aspiraciones y en función de ellos se han marcado unas orientaciones que les sirven de guía.
El éxito no es sólo un título importante, ni un sueldo espectacular. Ni siquiera es sólo haber conseguido muchos "logros", aunque tiene que ver con éstos. El éxito viene dado por la satisfacción íntima que sentimos cuando hay un equilibrio entre las aspiraciones personales, profesionales, sociales y familiares... según el orden de prioridades de cada uno.
La explicitación de nuestras prioridades exige reflexión, madurez, responsabilidad y TIEMPO. Debemos dedicar el tiempo necesario a este asunto. Las prioridades y los objetivos no se cambian muchas veces a lo largo de la vida. Hay personas que no las cambian nunca. Otras sí.
Tenemos que pararnos y pensar. Y tenemos que decidir qué queremos SER en la vida. Esto no lo puede hacer nadie por nosotros.
Esto no es todo. Para poder decidir quién queremos ser debemos saber quién somos en este momento, qué sabemos hacer, qué nos gusta hacer y qué no nos gusta hacer.
Y esto lo averiguamos examinando en detalle nuestra vida anterior, lo que hemos hecho, qué hemos disfrutado en cada episodio, por qué, en qué consistía,... en definitiva, qué habilidades hemos aprendido y queremos seguir desarrollando.
Tenemos que pararnos, pensar y decidir qué queremos HACER en lo que nos resta de vida.
- Para planear nuestra carrera nos falta otro paso: conocer qué existe fuera de nosotros. Es decir, qué actividades profesionales requieren las habilidades que hemos descubierto en nosotros. O dicho de otra manera, qué áreas de actividad existen en el mundo del trabajo donde yo pueda ejercitar mis capacidades y conocimientos.
- No se trata de encontrar sitios donde seguir haciendo, más o menos, lo que hacíamos, con promoción o sin ella. Es un planteamiento más profundo, dirigido hacia dónde ejercitar nuestras habilidades, quizás en combinaciones diferentes, y haciendo otras cosas que nos resulten más interesantes que lo que estamos haciendo en este momento, y que nos acerquen más a nuestros objetivos ulteriores.
- ¿Cómo?. Preguntando y Pensando. Pensando y Preguntando. Una vez sabemos a dónde queremos llegar, y cuál es nuestro punto de partida, hemos de conseguir información sobre los distintos caminos. Hay mucha información pública a disposición de todos. Hay mucha gente que conocemos que nos pueden orientar... quizás hacia por dónde podemos conseguir más orientación.
- Enterémonos de en qué consisten los distintos trabajos, preguntando a quien los desarrolle. A todos nos gusta hablar de lo que hacemos, si nos gusta lo que hacemos.
- Una vez sabemos lo que queremos hacer, es el momento de plantearnos dónde podemos hacerlo. De modo general, lo ideal sería poder desarrollarlo en la misma empresa en la que ya trabajamos, en el mismo departamento o en otro. Tenemos ya mucho terreno ganado. Pero si no es posible, porque no existe ese tipo de trabajo, o ya lo está realizando alguien, o hay demasiadas ideas preconcebidas sobre nosotros, de modo que no se nos permita cambiar, entonces ESTE ES EL MOMENTO DE TOMAR LA DECISION DE BUSCAR FUERA DE NUESTRA EMPRESA.
La manera de decidir dónde cambiar es la misma que para decidir por qué cambiar. Debemos buscar información sobre aquellas empresas donde sí podremos realizar lo que queremos conseguir. Debemos conseguir MUCHA información. Esto no es fácil, pero no es imposible. Es cuestión de trabajar con constancia, método y determinación. Como antes, preguntando y pensando, pensando y preguntando.
- Una vez conseguida la información que necesitamos, debemos priorizar los resultados, y abrirnos, al mismo tiempo, suficientes alternativas. Hay que tener objetivos claros, pero no ideas fijas. Es posible que existan caminos muy directos, pero éstos pueden estar cerrados, por circunstancias del mercado u otras ajenas a nosotros. Tengamos un "Plan B".
- Y entonces, ¡a por ello!. Nuestra vida la hemos de construir nosotros, la vivimos nosotros, y somos nosotros los protagonistas, no los agentes pasivos. Debemos tratar de conseguir lo que queremos, no estar a la espera del trabajo ideal, el premio de la lotería o el príncipe azul salvador.
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